Background
Harold Bloom no es ningún desconocido entre los aficionados a la lectura, las bibliotecas, la investigación y la crítica literaria. Sin necesidad de calificarlo como el número uno de los críticos literarios, sí cabe considerarlo, sin exageración, como uno de los críticos más originales y polémicos de la actualidad. La capacidad lectora y receptora de textos, de todo género y significación, así como, muy especialmente, la «lectura interpretativa y crítica» que hace de los mismos, está más que probada. Nada hay de baladí en esta puntualización. Porque, en el contexto en el que hablamos, la capacidad y la actitud crítica no deben darse por supuesta en la «crítica literaria». Para buena parte de la comunidad dedicada a dicha labor (no sé si denominarla «profesión»), la crítica de un libro no va más allá de la mera reseña, el sucinto resumen o la superficial recensión/descripción del mismo. LEER MÁS

En cambio, la crítica genuina y, auténticamente, valiosa, aunque no debe sustituir ni suplantar la obra analizada, sí es aconsejable que la desgrane y recree. Y, asimismo, que la valore. Harold Bloom pertenece a esa estirpe de críticos que, al mismo tiempo, son escritores, al linaje de analistas de libros y autores que ejercen, a la vez, de «psicoanalistas» de los mismos. Una raza, en fin, de estudiosos de las letras que sopesando y tasando la producción libresca, no sortean la selección, sino que la afrontan y fundamentan.
Fue, justamente, a raíz de la publicación del libro El canon occidental (1994) cuando Bloom alcanzó mayor notoriedad pública, no exenta de notable polémica. Porque en esta obra, el autor denunciaba, sin ambages, la tendencia que advertía hegemónica en los departamentos de literatura de las universidades y las redacciones de periódicos, inclinada hacia lo doctrinario y melifluo. Una corriente, progresiva y rampante, que identificaba con el rótulo de «Escuela del Resentimiento». Bajo tan rotundo epígrafe, situaba a las corrientes multiculturalistas, relativistas, de Estudios Culturales, de Corrección Política y demás movimientos posmodernos en boga. Para mayor audacia, Bloom incluía en su trabajo un canon de autores esenciales.
Al texto que ahora nos ocupa, Ensayistas y profetas, se le ha añadido en la edición española el subtítulo «El canon del ensayo», para dar a entender, sin duda, que nos hallamos ante una especie de continuación de la anterior y exitosa obra —El canon occidental—, si bien centrada ahora en los ensayistas. En rigor, y según apunta la «Nota a la edición», el presente libro corresponde a un volumen independiente de la Bloom’s Literary Criticism, monumental colección de crítica literaria en seis tomos, editada por la Chelsea House Publishers, y dirigida e introducida por el propio Harold Bloom.
El Índice del libro incluye, en efecto, un listado escogido de ensayistas, pero también de profetas, críticos, visionarios y publicistas. Entre otros, Michel de Montaigne, Blas Pascal, Jean-Jacques Rousseau, Samuel Johnson, Søren Kierkegaard, Ralp WaldoEmerson, William Hazlitt, Friedrich Nietzsche, Sigmund Freud, Aldous Huxley, Jean-Paul Sartre y Albert Camus. Y así hasta completar una antología selecta de veintiún autores. «Escritores sapienciales», «ensayistas diversos» o «ensayistas proféticos», según el particular criterio diferenciador del autor.
De igual modo que en El canon occidental no ocultaba sus preferencias (Shakespeare a la cabeza del pelotón), en Ensayistas y profetas, Bloom no reprime sus personales querencias —«El doctor Samuel Johnson es, a juicio de muchos (incluido yo mismo), el mayor crítico, de la variopinta historia de la cultura literaria occidental» (pág. 85)—, como sus antipatías —(San) Juan es calificado como «de lo más desagradable y antisemita» (pág. 42). Tampoco abandona, por esta vez, las sentencias categóricas. Aprovechando que las páginas atraviesan la vida y obra de ensayistas, Bloom proclama, de pronto, que Charles Dickens es «el Shakespeare de los novelistas» (pág. 330)

No busque el lector en este volumen, ni en el resto de libros de Bloom, exposiciones divulgativas de autores, ni una enciclopedia de urgencia para conocer lo básico de un autor o un libro en concreto. Los capítulos de Bloom sobre los respectivos ensayistas están compuestos, propiamente, como ensayos, aproximaciones subjetivas a la vida y obra de autores con quienes dialoga, ora directamente con ellos, ora a través de otros cronistas y críticos.
A algunos ensayistas los considera inmortales e imprescindibles. A otros, producto de su época y de interés pasajero. Cuestión de elección, selección y crítica. Y es que, después de todo, como reconoce el mismo autor, no hay crítico más implacable que el tiempo (pág. 326).

Harold Bloom (Nueva York, 1930) es Catedrático Sterling de Humanidades en la Universidad de Yale. Es autor de más de veinte libros, entre ellos La creación de mitos en Shelley (1959), La compañía visionaria (1961), El Apocalipsis de Blake (1963), Yeats (1970), Mapa de las lecturas erróneas (1975), Cábala y crítica (1975), El canon occidental (1994), Presagios del milenio: la gnosis de ángeles, sueños y resurrección (1996). La angustia de la influencia (1973) expone la provocadora teoría de Bloom acerca de la relación entre los grandes escritores y sus predecesores. Entre sus libros más recientes están Shakespeare: La invención de lo humano (1998), finalista del National Book Award ese mismo año, Cómo leer y por qué (2000), Genios: un mosaico de cien mentes creativas ejemplares (2002), Hamlet: el poema ilimitado (2003) y Dónde se encontrará la sabiduría (2004).

Ariodante

FICHA DEL LIBRO

Título: Ensayistas y profetas. El canon del ensayo | Autor: Harold Bloom | Editorial: Páginas de Espuma| Páginas: 336 | Precio : 21€ |
La trilogía “Relatos del yo” del coruñés Celso Castro, comenzaba con “El afinador de habitaciones”, refrescante y divertida relación de las angustias, contratiempos y desengaños de su joven narrador. En “Astillas”, la segunda parte, aquel sigue desgranando, bajo los mismos parámetros y con la misma coloquial e inconfundible voz, los nuevos avatares de su atropellada vida.

Así, encontramos otra vez los habituales rasgos tipográficos (exclusión de mayúsculas y uso descontrolado de guiones), y el mismo torrencial discurso, en realidad un verdadero monólogo “exterior” dirigido a un interlocutor desconocido, indefinición que se convierte, casi, en una invitación al lector a formar parte del texto. LEER MÁS

Pero este discurso es ahora más amargo, porque a la marcha de Esther hay que añadir la muerte de la abuela, soporte espiritual del narrador, al que aquella recomendaba (y sigue haciéndolo después de muerta) la lectura de su autor de cabecera: Johann Eckhart, el místico alemán del siglo XIV, que en sus escritos concebía los sufrimientos y desgracias humanos como vías de acceso hacia la renovación interior; renovación que necesitaba y creyó alcanzar el narrador al enfrentar sus miedos durante una truculenta noche en la casa de la abuela.

Porque, si en la novela anterior es la difunta madre del narrador la que establece contactos con la abuela para desesperación de aquel, ahora es la propia abuela la que parece empeñarse en hacer acto de presencia mediante aparentes fenómenos paranormales; o quizás los produzca Spenta, el arcángel femenino que se manifiesta durante los tres días siguientes al óbito, como asegura Israel, uno de los nuevos personajes, aspirante a pintor, interesado en “acceder a dimensiones espirituales ignotas” y compañero de juergas anfetamínicas.

También contamos con Bruno, que, víctima de un desengaño, quiso superar el récord de los dieciocho whiskies que condujeron a Dylan Thomas a la tumba, mediante la ingesta de treinta y seis chupitos de orujo; y sobre todo Judit, hermana de Israel, que viene a sustituir a Esther en el corazón del narrador. Pero para complicarlo todo y hundir al narrador en la confusión, reaparece Iris, personaje de la novela anterior, con lo que no es de extrañar que aquel se ratifique en su decisión de tomarse dos años de alegría para después suicidarse, porque se siente incapacitado para la vida y para la escritura, y “sólo era capaz de escribir fragmentos, astillas, pedazos de nada”.

Y, como era de esperar, sigue estando presente el cuestionamiento de la realidad, incluso la aversión que le produce al narrador es notoria cuando afirma que: “de todas las ficciones que el ser humano había ideado: dios, la justicia, la libertad, la… verdad y el resto de… pues esa – la realidad – era la más asquerosa y sórdida y mezquina y desagradable de todas”.

En fin, nos queda la última entrega para saber si, por fin, nuestro atormentado personaje levanta cabeza y alcanza la luz prometida por Eckhart, o por el contrario sigue, como tantos otros, “esperando que ocurra algo, algún acontecimiento. que no te ha bastado toda una vida, y sus mil sucesivas muertes, para desengañarte”, y como argumento a favor de tal esperanza, el convencimiento profundo de que “el amor es la única cosa razonable”.

Rafael Martín

FICHA DEL LIBRO

Título: Astillas | Autor: Celso Castro | Editorial: Libros del Silencio | Páginas 284 | Precio 17€ |
¿Quién es Dan Roger? ¿Qué busca o a quién busca? ¿Héroe o villano? La novela de Vanesa Montfort (Barcelona, 1975) “Mitología de Nueva York” (Algaida, 2010) nos interroga mientras nos hace caminar por un Nueva York desconocido y familiar, convertido en mito, leyenda y tierra de héroes y villanos.
Esta es una novela neoyorkina escrita por una de nuestras autoras con más solvencia para hacerlo. Una trama de criminales exquisitos ante los cuales un soplón de medio pelo metido a héroe tiene que sobrevivir en medio del caos. LEER MÁS

Una serie de extraños asesinatos están siendo cometidos por un grupo de asesinos, Los hijos de Azar (una suerte de justicieros implacables en busca de lo sublime) someten a una misteriosa partida de Black Jack de la cual no salen vivos. Las escenas del crimen son recreaciones de obras pictóricas y esculturales que van completando una macabra colección de arte que aterroriza a toda la ciudad. Una trama de criminales exquisitos ante los cuales un soplón de medio pelo metido a héroe tiene que sobrevivir en medio del caos. Pero no se fíen: nada es lo que parece.
Nueva York como ciudad y escenario en la cual se pueden dar cualquier tipo de historias, encierra la atmósfera precisa para que lo verosímil roce la perfección subjetiva de lo real aunque, lo que es una certeza, es que Vanesa Montfort como ya hizo con “El ingrediente secreto” nos da a leer más buena literatura.
Una cosa más destaca de esta novela nada más arrancada su lectura: la particular construcción que de la ciudad de Nueva York hace Vanesa Montfort conjurando los recuerdos de tantos y tantos que gravitamos de una forma u otra alrededor de ella (por medio del cine, la música, la religión…) queda plasmado sobre el papel la cartografía de una ciudad que es la que conocemos o la que podemos soñar, tanto da, lo importante de esta Nueva York es su posibilidad, si verosimilitud.
Luego está lo unamuniano llevado a su extremo, a su refinamiento final: un personaje que no sólo se mete con el autor sino que somete al lector a la posibilidad de ser él mismo parte que es leída, materia literaria, construida por “alguien” más.
La novela de Vanesa Montfort lleva hasta su extremo aquella vieja técnica (yo dría táctica) de asalto a las emociones y sensaciones del lector: el personaje principal sale al encuentro del lector para sumergirle en la historia que se cuenta. En esta ocasión Dan Rogers interrumpe la lectura de la novela para contarnos su versión de la misma, librándose así una lucha entre autor (Benedict Abbott) y personaje (Dan Rogers) que la autora nos sirve en dosis precisas para envenenarnos de ganas de seguir leyendo hasta el final.
El resto de personajes no tiene desperdicio: Barry, Elías, Wanda (sin duda mi favorito por lo terrible de su vida), Newman, Laura… Todos ellos bien dibujados venidos del cómic de superhéroes que sin pretender ser un homenaje es una fuente actualizada en esta ciudad Ficción donde todos forman parte de los héroes que limpian las calles de esta gran urbe de los malos de turno. Todos son confidentes de la policía y ese hecho les vincula como parte de una extraña familia como otra cualquiera en su infelicidad.
Es también “Mitología de Nueva York” un juego metaliterario. No sólo por el juego de personajes sino por la lectura de una lectura que se nos ofrece por varios frentes. Leemos a Abott, leemos a Dan Rogers, leemos leer a Laura, leemos que nos leen lo que consigue llevar la metaliteratura a un nivel altísimo para ponerla al servicio de una historia que constantemente cambia como los espejos que transforman el cuerpo en un intento de reflejar los detalles de esta intrigante historia que tiene un final que le va a sorprender del todo.
Hay una página de esta novela, que no revelaremos aquí, que esconde la clave de todo. Les advierto a los curiosos lectores o cotillas literarios e impacientes que adelantarse no les servirá de nada, esta novela es como un Ikea: tienes que pasar por todos los departamentos antes de llegar a la salida, sólo que en “Mitología de Nueva York” no hay atajos, hay que estar hasta el final y la novela no les va a dejar escapar.
Vanessa Montfort, vuelve a la novela con solvencia, con una historia arriesgada y bien ejecutada que hace que estemos pendientes de que es lo que sigue, que más va a contarnos con tanta solvencia esta escritora que tiene trazas de que hará grandes cosa en las letras hispanas.

Pedro Crenes

FICHA DEL LIBRO

Título: Mitología de Nueva York | Autor: Vanessa Montfort Écija | Editorial: Algaida| Páginas 448 | Precio 20€
Unos meses atrás celebramos que los escritores españoles superarán la temática de la Guerra Civil y, aprovechando el cambio de milenio hayan centrado sus esfuerzos en los curiosos e interesantes personajes que la posguerra, el franquismo y el tardofranquismo dejaron en nuestro país. Guelbenzu, Jesús Ferrero, o Use Lahoz ya habían incidido sobre esa línea con sus últimas obras, que con mayor o menor contenido autobiográfico reflejaban las décadas ‘perdidas’ de nuestra España a través de sus menos convencionales protagonistas. Ignacio Martínez de Pisón, uno de nuestros mejores narradores- es capaz con El día de mañana de -citando su obra anterior- Enterrar a los muertos y centrarse en los vivos, entre los que se encuentra el muy vivo Justo Gil. LEER MÁS

Si han visto trabajar alguna vez a un escultor con martillo y escoplo reconocerán en esas esfuerzos los que literariamente copia Pisón para describirnos a Justo Gil. Martillazos fuertes que rebanan la piedra de su personalidad dados por otros, pues a semejanza de Ciudadano Kane son una docena de narradores, familiares, amantes, compañeros, policías quienes perfilan a Justo Gil a través de sus recuerdos, sus tratos, sus decepciones.

Poco a poco el verdadero rostro del protagonista surge de la piedra mostrándose como un grotesco aprovechado y estafador, un hijo displicente, un amante sin amor y al final un chivato que más que dar odio da lástima. Los años, los fraudes, los desengaños y finalmente la política irán lijando la escultura de su vida hasta que el lector se hace -mediante las narraciones de los demás- una idea real de qué y quién fue Justo Gil.

Pisón es capaz de combinar con la trama central las otras doce ideas de vida de cada uno de los entrevistados quienes combinan sus deseos, esperanzas y fracasos propios con los del encausado.

Obra madura, plena, muy bien construida pese a usar una técnica tan complicada. Novela optimista pese a todo, pues son los aparentes perdedores los que sobreviven y el aparente ganador el que sufre hasta el final. Fiel retrato de una época que permitía agigantarse a los mediocres simulando ser otros. La novela más serena y difícil de Pisón.

Marc Canela

FICHA DEL LIBRO

Título: El día de mañana | Autor: Ignacio Martínez de Pisón | Editorial: Seix Barral | Páginas: 384 | Precio : 20€ |
De Matías Candeira el mismísimo Mario Vargas Llosa ha dicho que es también “víctima del vicio de escribir” lo cual no deja de ser un indicador de a qué tipo de literatura nos enfrentamos. Páginas de Espuma vuelve a ponernos delante de un escritor que comienza con paso firme su carrera hacia el dominio de su oficio y es que “Antes de las jirafas” (Páginas de Espuma, 2011) es un libro de cuentos escrito desde las entrañas, desde la búsqueda, desde la precipitación al vacío que se queda en medio de la existencia. LEER MÁS

Con una madurez bien encausada Matías Candeira nos ofrece cuentos redondeados con oficio, personajes gestados y capacitados para sobrevivir a cada una de las ficciones. El lector se adentrará en un mundo oscuro y primigenio, justo antes de las jirafas, en los que los héroes abdican, los amantes llevan hasta el borde de la desesperación a su asesino, donde Baltimore es un personaje y hasta los asesinos en serie parecen tener corazón.

Los personajes de estos cuentos buscan volver a centro de sus vidas, se sienten desplazados, y en ese camino de vuelta al centro de sí mismos viven estas historias que conmueven e inquietan a la vez, repletas todas ellas de la luz que nos viene directamente del lado oscuro de las emociones.
Esta excursión por parajes densos y atmósferas sórdidas es un viaje que el lector emprenderá a la dimensión desconocida de sí mismo. Lo inquietante de estos cuentos es que nos podemos encontrar con nosotros mismos en cualquier esquina de ellos y caer en la cuenta de que Matías Candeira se inspiró en nosotros precisamente cuando confeccionó este o aquel relato.

Hay además en esta literatura tan personal mucha ironía y mucho juego. El autor genera discurso, elabora grandes pasajes y espacios de tal manera que el lector disfrute de contenido, de equilibrios ajustados y saltos al vacío bien calculados. En ese juego, quien lee gana, gana en disfrute y en goce literario. La ironía viene del hecho de que Matías extrae de sus fuentes, de su educación sentimental (series de televisión, el Pulp, películas de serie B, toda esa cultura popular, cincuentera y estadounidense) los géneros de los cuales ironiza, dándoles una vuelta más, los tuerce, y de allí saque los escenarios y atmósferas que permiten que los personajes vivan sus acciones de forma coherente con lo que el autor quiere ofrecernos.

Cuentos como “Manhattan Pulp”, donde los héroes renuncian por cansancio de sí mismos o “Noche de bodas”, donde la vida se empeña en jugárnosla sin el más mínimo rubor o “El extraño”, una inquietante metáfora sobre lo que somos y como nos prefiere la gente, contienen una valentía de temas y una estética de esas que se quedan en la memoria.
Un extraordinario descubrimiento “Antes de las jirafas” y sin duda alguna la puesta en órbita de un escritor que dará muchas grandes páginas orbitando alrededor de la dimensión conocida de los grandes oficiantes de la ceremonia del cuento.

Pedro Crenes

FICHA DEL LIBRO

Título: Antes de las jirafas | Autor: Matías Candeira | Editorial: Páginas de Espuma| Páginas: 144| Precio : 15€ |
Los fabulosos monos marinos eran unas mascotas que se vendían por catálogo hace años. El kit consistía en unos sobres que había que diluir en agua para que nacieran aquellos seres misteriosos, pequeños monos adaptados al medio acuático: un engañabobos, sí, o una excusa para soñar con algo parecido a un terrario para hormigas, pero mucho más entretenido. El anuncio prometía horas de diversión y la creación de un verdadero microcosmos en la pecera. La novela de Óscar Gual es esta pecera demencial: lo inquietante es que el lector no sabe si observa desde fuera o acaba sumergido en ella. LEER MÁS

A medio camino entre el libro de relatos (bien hilados) y la novela (deconstruida), Fabulosos Monos Marinos es ante todo un escenario: la ciudad-mito de Sierpe. En ella se mezclan alusiones a la historia reciente de España con alusiones a la cultura popular, conformando un cuadro bizarro y oscuro. Sierpe es una especie de Gotham City que nace de un centro penitenciario experimental desmantelado: un lugar distópico, corrupto y siniestro en el que se suceden distintos planos de realidad.

En Sierpe se dan cita todos los vicios y excentricidades: un policía convertido en detective que investiga la muerte de su hija, concursantes de un reality show alucinante y alucinado, el Espíritu de la Transición («tan poderoso como un rey») y el fin del mundo en persona. La sombra de Pulp Fiction o El gran Lebowski dan cobijo a esta historia; la banda sonora la pone Metallica y al lector corresponde la tarea de seguirle el paso a Gual, que esquiva con habilidad los obstáculos propios de una novela fragmentaria y añade otros (por ejemplo, esas notas al pie que hay que sortear en el relato Identity).

Decididamente marcada por referentes norteamericanos, Fabulosos Monos Marinos consigue sin embargo dar con la combinación adecuada de narración lisérgica y realista. Se suceden las alegorías y simbolismos pop, pero impera ante todo un afilado sentido del ritmo: Gual domina el pulso narrativo y logra con esta segunda novela un apasionante ejercicio de pirotecnia.

Elisabeth Falomir

FICHA DEL LIBRO


Título: Fabulosos monos marinos | Autor: Óscar Gual | Editorial: DVD Ediciones | Páginas: 248 | Precio : 15€ |
GANADOR del Independent Foreign Fiction Prize 2011
Tokio, en una fecha indeterminada en el presente o en el futuro. Un hombre aterriza en la capital nipona para vivir una experiencia que trastornará su vida y sus sentidos y que promete cautivarnos y subyugarnos hasta llegar al final de esta novela intrigante. Santiago Roncagliolo (Lima, 1975), fiel a su estilo y su búsqueda estética, nos ofrece en “Tan cerca de la vida” (Alfaguara, 2010) una aventura de los sentido donde nada es lo que parece y nadie quien dice ser. Un juego de apariencias, de sensaciones controladas, de asomos a uno mismo para preguntarnos qué hacemos aquí y que será de nosotros mañana. LEER MÁS


¿Podrá la Tecnología, cruzada con la Biología, terminar creando seres “humanos” que nos sustituyan en el trabajo o en la vida doméstica? La Corporación Géminis promete trabaja por ello y Max, uno de sus mejores empleados está a punto de descubrir algo que va a cambiar por completo su vida.

Convocado en Tokio para una convención de la Corporación Géminis para la cual trabaja su llegada al inmenso hotel que acoge la cita presagia que las cosas no serán sencillas. El señor Kreutz, personaje de interpretaciones diversas y que encierra una pulsión perversa en su fondo, y dueño de la Corporación asciende de puesto a Max, empujándolo a una situación comprometida que levanta las sospechas y el encono del resto de los empleados. Solo cuenta en su aventura nipona con la compañía de Mai, una empleada del hotel con la cual se comunica de modo extraño y que se convierte poco a poco en la mínima luz que le sostiene.

Más trae consigo una herida, una mancha que flota como chapapote en su alma. Una duda también le persigue con respecto a su mujer, nada parece claro, la realidad se desdibuja en Max, produciendo en el lector una zozobra constante que forma parte también de la fuerza que motiva a seguir leyendo.

La novela tira del lector con la fuerza de las reflexiones sobre quiénes somos y en qué nos podemos convertir, con la destreza de un consciente diseñador de situaciones que pulsan los resortes de la búsqueda de respuestas ante lo planteado. Roncagliolo va abriendo el ángulo de enfoque para que el plano quede claro pero en cada apertura la trama se complica, desafía al lector a seguir para ver como se resuelven tantas preguntas fundamentales juntas, sobre todo la consabida ¿a dónde vamos?

Una de las virtudes de la escritura de Santiago Roncagliolo es su capacidad de construir atmósferas creíbles que posibiliten la fluidez de los personajes. Creo que el autor consigue que sus escenarios no se acartonen, que sean capaces de no distraer al lector dándole motivos para no creerse donde se desarrolla la acción.

La tensión psicológica que puebla la novela sumada a su apuesta por una ciencia ficción “moderada”, convierten a “Tan cerca de la vida” en una novela que permite muchas lecturas, que suscita debate a la vez de regalar goce estético. El autor ha conseguido una novela inteligente, que no va a dejar indiferente al lector y que da para conversar un rato largo sobre tecnología y vida, sobre el presente y el futuro inmediato que nos acecha más cerca de lo que pensamos.

Pedro Crenes

FICHA DEL LIBRO

Título: Tan cerca de la vida |Autor: Santiago Roncagliolo | Editorial: Alfaguara | Páginas: 336 | Precio : 18,50€
La editorial Satori especializada en la literatura japonesa ofrece como su primer libro editado nada menos que El caminante de Soseki, obra madura y elaborada del escritor que ha encandilado recientemente a los españoles gracias a las nuevas traducciones de su obra que ha publicado Impedimenta. Este título supera literariamente a los anteriores Botchan y Sanshiro tanto por su estilo mucho más depurado como por el avance psicológico de sus personajes, pero sobre todo sorprende por ser una novela en primera persona cuyo narrador no es el personaje principal. Esta triple pirueta de Soseki convierte a El caminante en una obra que merece que le dediquemos mucho tiempo para explorarla completamente. LEER MÁS

Jiro es ese narrador autobiográfico con muchas carencias afectivas, poca decisión y propenso a que otros le utilicen, cuya vida esta marcada por la existencia de su hermano mayor Ichiro, verdadero protagonista de la novela al que solo conoceremos a partir de la segunda parte. La primera sirve para sentar las bases de Jiro, la segunda presenta la situación que motiva la obra: las relaciones familiares de Jiro, la tercera, Después del regreso lleva la tensión a la trama la cual explotará en la cuarta parte.

Los tratos de Jiro con sus amigos, con las mujeres de ellos, con su cuñada y con su madre son el telón de fondo de la verdadera actividad, la vida infructífera y amargada del primogénito Ichiro. Dotado por la tradición japonesa del papel preponderante en su familia y por sus estudios de la primacía intelectual resulta incapaz de soportar tal peso sucumbiendo ante todo paulatinamente. Ese retrato lento de una situación periférica que realmente es la principal demuestra el oficio adquirido por Soseki.

Soseki perfecciona su costumbre ya usada en Botchan y Sanshiro de retratar imágenes con poco movimiento, ralentizarlas hasta lo inverosímil y hacerlas posar, tal como un pintor haría con sus modelos, para nuestro deleite. Con está técnica Soseki sólo describe la situación, no la juzga, no determina el resultado, no valora los porqués, nos deja en esa tierra de nadie rodeados de personajes apáticos y faltos de actividad vital, sin sangre en las venas, precursores de los protagonistas de sus admiradores como Murakami. Sin embargo, nos ha resultado muy interesante el planteamiento de algunos estudios sobre la obra de Soseki en general referentes a la relación de su forma de escribir con la pintura. Y es que todas las escenas que nos ofrece el autor tienen la composición estática de los obras de los grandes pintores, casi ninguna nos ofrece movimiento real, sino estabilidad y equilibrio, sosiego y descripción. Incluso ralentiza hasta la cámara superlenta algunos movimientos de los personajes, sobre todo las mujeres de la narración, para mostrarnos en su esplendor esos frescos inmóviles, esos lienzos coloridos de gran valor artístico, que pueden suponer un fin en sí mismos dentro del estilo del escritor.

Nueva editorial, genial escritor y una de sus mejores obras, ¿se puede pedir más? Disfrútenla.

Marc Canela

FICHA DEL LIBRO

Título: El Caminante | Autor: Natsume Sōseki | Editorial: Satori | Páginas: 412 | Precio : 24€ |
No hay nada más refrescante literariamente hablando que un libro de relatos de humor que nos haga sonreír, carcajearnos y disfrutar a raudales con las peripecias de sus personajes. Si además lo ubicamos en la remota Australia, lo rodeamos de la fauna autóctona, koalas, cocodrilos y serpientes, y lo completamos socialmente con el macho explorador homosapiens y los avezados nativos, tendremos el cóctel ideal de las horas de siesta a la sombra o del aperitivo piscinil. LEER MÁS

Kenneth Cook fue un aventurero australiano muy peculiar, más bien gordo, más blanco que moreno y más vago que hiperactivo, que además fue un excelente comunicador como escritor, periodista, fotógrafo, presentador y conseguidor variopinto. Sus peripecias de décadas por la Australia agreste, salvaje y virgen le llevaron al meollo de muchos lugares interesantes, de hilarantes anécdotas y le permitieron conocer gente muy especial.

Él asegura que sus relatos son reales, que sucedieron tal y como los cuenta. Si esa realidad los hace más cómicos deben juzgarlo ustedes, pero posiblemente sea cierto. Por lo menos parten de una base real aunque aderezada con el ingenio y la exageración que todos los buenos narradores saben ponerle.

Cocodrilos apareándose, un koala haciendo el 69 (sólo postura) a un humano con las uñas clavadas, el mayor cervezólogo del universo o el nativo que sobrevivía con un viaje en camello de 5$ al mes son sólo algunas muestras de su buen hacer. Serpientes que muerden o no a sus cuidadores, que viajan en avión dentro de unos pantalones, vendedores de oro callejeros y... la más sublime y cómica de todas las escenas, el enema a una elefanta con estreñimiento harán que nuestro cuerpo convulsione mezclando risa y asco a partes iguales, para al final soltar una carcajada con cada relato. Cabe señalar que las ilustraciones realistas de Güido Sender Montes son el complemento ideal de cada relato.

No les cuento más, merece mucho la pena leerlo, disfrutarlo y reírse con las aventuras y desventuras de un excéntrico australiano y su jungla indómita.

Pepe Rodríguez

FICHA DEL LIBRO

Título: El koala asesino | Autor: Kenneth Cook | Editorial: Sajalin | Páginas: 213 | Precio : 18€ |
¿Existe un género francés de temática amable, amistosa y amorosa, dotado de buen sentido del humor, con ciudades inmortales en el papel de secundario de lujo, capaz de combinar los sentimientos más contradictorios y los personajes más diversos? Sólo repasando los últimos años hallamos que La elegancia del erizo o La mecánica del corazón cuadran dentro de esa definición. Seguro que ustedes recordarán otras obras semejantes. Alguien las llamó ‘cuentos para niños grandes’. Constituyan género o no, La delicadeza de David Foenkinos viene a sumarse a las dos anteriores tanto por su contenido como por su repercusión. LEER MÁS

David Foenkinos ha enderezado su trayectoria literaria con esta obra sacando petróleo donde sólo había lágrimas. Y es que contar una historia de amor sabiendo que el protagonista masculino el amado François muere cuando todavía el lector está paladeando su relación con Nathalie no es, que se diga el mejor comienzo. Claro si eso es lo malo de La delicadeza, siendo sólo la excusa para que Nathalie reconstruya su vida de la mejor manera posible, abriendo horizontes que antes no hubiera imaginado, el lector y la lectora darán al buen François por bien muerto y enterrado.

A partir de ahí otro hombre accederá a la vida de Nathalie, el feo Markus, personificación de la delicadeza del título, quien conecta con ella en el momento idóneo, ni antes ni después hubiera existido en su vida, simplemente habría sido invisible, pero la mezcla de humor, ingenio y ternura de él encajarán -pese a ser el Shrek de la novela- en el duelo, el dolor y la angustia de ella.

Los capítulos cortos repletos de acontecimientos cotidianos, reflexiones banales y diálogos domésticos irán tejiendo las puntadas de una historia de amor poco convencional, tierno y ligeramente diferente del empalagoso género romántico en estado puro. Vamos, que es una novela accesible para cualquier tipo de persona ya que todos se sentirán identificados en uno u otro plano con los protagonistas.

Profusamente premiado en Francia aterriza en nuestro país con ganas de conquistar los corazones de las españolas y españoles, a la vez que hacerse un hueco importante en la Feria del Libro de Madrid.

Pepe Rodríguez

FICHA DEL LIBRO


Título: La delicadeza | Autor: David Foenkinos | Editorial: Seix Barral | Páginas: 224 | Precio : 18€ |
En España John Williams (Texas, 1922-1994) era un lamentable desconocido antes de que la editorial Baile del Sol se decidiera a difundir esta espléndida novela suya, publicada por primera vez en 1965 y justificadamente venerada por la crítica americana. Resuenan en ella las inquietudes de algunos de los escritores norteamericanos que integraron la llamada generación perdida, término éste acuñado al azar por Gertrude Stein (You are all a Lost Generation, le espetó al grupo en cierta reunión) e inmortalizado por Hemingway. Comparte Williams con dicha generación la densa melancolía que atenazó a la literatura norteamericana a raíz de la Primera Guerra, de la crisis económica del 29 y de la Ley Seca. LEER MÁS

El protagonista, dotado de considerable carga biográfica, es William Stoner, un joven taciturno criado en una granja de Missouri que marcha a la Universidad para estudiar Agricultura y poder así introducir mejoras en la granja familiar. Pero el destino, valiéndose de un singular profesor de literatura inglesa y de la emoción de un soneto de Shakespeare, le hará colgar el azadón en favor de la tiza y la pizarra. Resulta imposible describir mejor y con más austeridad el impacto del epifánico deslumbramiento que marcará la vida de Stoner, y que le llevará a renunciar al legado familiar en la granja, arriesgándose a ingresar en un “mundo en el que siempre estarás a punto de lograr el éxito pero serás destruido por tu fracaso” (p.32). Tampoco se puede describir mejor la conmovedora dignidad de unos padres campesinos que asisten a la deserción de su hijo con el estoicismo del labriego que se aviene a las veleidades del clima. La escena de la graduación es sencillamente perfecta: el lector palpa a esos padres apocados en la ceremonia de graduación de William, tan distantes ya de su hijo como éste de la tierra que contribuyó a labrar con sus manos. En España y más recientemente tal vez hayan sido Torrente Ballester y Antonio Muñoz Molina quienes mejor hayan sabido retratar la dignidad del labriego de antaño, educado en el saber de la intemperie.
Conecta la novela en este sentido con Las uvas de la ira en la que tan magistralmente plasmó Steibeck los efectos de la crisis del campo estadounidense en los campesinos. De alguna forma misteriosa, inadvertida, y pese al creciente ascenso intelectual de Stoner, su pasado labriego ha cincelado su carácter hasta convertido en una persona íntegra, en respetado maestro cuyo adaptabilidad –que no pusilánimidad- le capacita para encarar sin aspavientos emocionales la mediocridad de una existencia opaca en cada uno de sus sencillos frentes: matrimonio insípido, hija desapegada, relativo aislamiento social, rencores en el competitivo coso universitario, carrera profesional de corto vuelo, etc.
Lo más encomiable de la novela de Williams es su sencillez extraordinaria y engañosa, el alcance de una historia mínima contada con frugalidad, la de un hombre virtuoso (ahí es nada en estos tiempos) que sedimenta en el lector por su implícita clase magistral de sabiduría humana rematada en un final bellísimo. Un milagro que muchos escritores ambicionan y que pocos catan. Habrá que aguardar a que la editorial se decida a publicar más de este autor poco prolífico (ya saben, lo bueno si breve…).

LALE GONZÁLEZ-COTTA

FICHA DEL LIBRO

Título: Stoner | Autor: John Williams | Editorial: Baile del Sol | Páginas 246 | Precio 15€ |
Nacido en Trinity, Texas, William Goyen (1915-1983), pertenece al selecto grupo de narradores que constituyen esa corriente literaria denominada “gótico sureño”, que incluye, entre otros, a Faulkner, Katherine Ann Porter (a quien atribuyen un romance con Goyen), Eudora Welty, su amiga Carson McCullers, o la genial Flannery O’Connor, y que tanta influencia ejerció en autores como Alice Munro o Cormac McCarthy.

Autor caído desgraciadamente en el olvido, fue en su tiempo apreciado en Europa, y en España fue objeto de atención editorial al final de los sesenta (su primer libro de relatos: “Los fantasmas y la carne”) y principios de los noventa (su primera y su última novelas: “La casa del aliento” y “Arcadio”). LEER MÁS

Sin embargo no gozó de igual consideración en su país donde la publicación de algunas de sus obras no podía dejar de producir incomodidad en los sectores más recalcitrantes de ese “profundo sur” objeto de sus anhelos.

Porque, aunque su familia se mudó a Houston cuando tenía ocho años, su vida y su obra quedaron marcadas por una infancia en la que, como comentaba en una de las pocas entrevistas que concedió, “había un hombre que predicaba la salvación de mi alma en el camino, frente a casa. Pero en lo alto de la colina los chicos del Ku Klux encendían sus cruces”, y confesaba que “no podré huir de ese lugar encantado, maldito (…). Viví toda mi vida en esos siete años y la manera de redimir esa experiencia fue la escritura”.

Y es en esta donde, mediante el recurso frecuente del relato oral, se enfrenta a su obsesión por la tierra ancestral y los lazos de sangre, cuyos poderes y furia se nos presentan bajo la forma de la violencia descontrolada de los elementos.

Se abre este estupendo y sorprendente conjunto de diez relatos con “Preciada puerta”, en el que se nos habla de reconciliación con la intensidad de un relato bíblico o de una narración mítica: una familia encuentra junto a su casa a un hombre moribundo al que recoge mientras, en el exterior, estalla un huracán, a través del cual surge la figura del arrepentido hermano reclamando al herido. Finalmente, entre los prodigios posteriores a la tormenta, los lugareños relatan la visión de los dos hermanos, uno vivo y otro muerto, montados sobre una puerta y luchando serenamente contra los rápidos del ancho río

Igual de apocalíptica resulta la tormenta que soporta la protagonista de “Zamour, historia de una herencia” mientras espera cobrar la pensión de su difunto marido antes de regresar a su pueblo a reunirse con sus hermanas; o la lluvia torrencial sobre el cementerio en “La canasta”.

En “Savata, mi hermana rubia” asistimos a la fundación de la Iglesia de la Luz de la Santidad del Mundo por parte de la descarriada Savata y de su negra hermana, que nos narra, entre alabanzas a Jesús, su propia caída en desgracia, como tesorera de la iglesia, ante la usurpación del inevitable personaje Canaan Johnson

Pero el más gótico e impactante de los relatos, por su sordidez, es “Si tuviera cien bocas” en el que un hombre cuenta a sus sobrinos la historia de un incesto, una violación y la terrible venganza que siguió a manos del Ku Klux Klan y que el narrador pudo presenciar.

Se cierra el volumen con “Puente de música, río de arena”. Perfecto en su simbolismo, nos habla del regreso de un hombre al paisaje de su infancia, representado por el desvencijado puente que atravesaba con su familia cuando era niño, desde el cual observa que alguien se arroja al seco lecho del río y, al acercarse, presencia cómo es lentamente engullido por la arena. Quizás también Goyen, al insistir en sumergirse en la memoria de su tierra, estuvo a punto de ser tragado por las arenas del olvido. La reedición de estos cuentos es, sin duda, un rescate afortunado.

Rafael Martín

FICHA DEL LIBRO

Título: La misma sangre y otros cuentos| Autor: William Goyen | Editorial: Páginas de Espuma / La Compañía | Páginas: 160| Precio : 9,90€ |
Tamiki Hara ha pasado a la historia por ser uno de los pocos escritores en activo que pudo sobrevivir a la primera bomba atómica en Hiroshima, 1945. La explosión le sorprendió en una vivienda ligeramente alejada de la zona de impacto justo cuando se encontraba en el cuarto de baño, por lo que ni siquiera vio el resplandor aunque el techo se le cayera encima. Durante décadas el ejército norteamericano aplicó una censura sobre todo lo que se publicaba sobre las bombas, lo que hizo que hasta 1970 no se dispusiera de Flores de Verano tal y como nos la ofrece ahora Impedimenta. LEER MÁS

Flores de Verano está compuesta por tres relatos. El primero de ellos Preludio a la aniquilación dramatiza a la familia de Hara -incluyéndose el mismo como personaje- contando las semanas previas a la caída de la bomba, la factoría familiar, los avatares del destino que han llevado al propio Hara a ser una sombra de si mismo, la vida en una ciudad pendiente de los bombardeos pero casi inmaculada y preparada por EEUU para su gran experiencia.

Flores de verano que da título al volumen relata el momento crítico, la caída de la bomba y los primeros días de agonía personal, familia, amistosa y ciudadana que todos tienen que sufrir. Nadie sabía lo que había pasado, pensaban que era una bomba convencional muy potente pero desconocían la radioactividad y sus efectos en los que estuvieron expuestos tanto al momento inicial como a los días posteriores. Un durísimo relato en el que fácilmente las lágrimas aflorarán a nuestros ojos.

De las ruinas es el tercer texto de la colección. Describe con una ligera perspectiva los hechos contando la triste situación física y emocional de los supervivientes.

Los habituales de Soseki notarán cierto parecido en el estilo, sin embargo, en vez de no pasar aparentemente nada como sucede en los textos de Natsume, aquí todo es el prólogo de algo terrible que se va mascando en el ambiente hasta la llegada de la gran desolación.

Tamiki Hara ya había sufrido antes varias desgracias personales incluida la muerte de su amada esposa de tuberculosis un año antes de la bomba. Nunca se recuperó por completo, terminando por arrojarse al tren en 1951.

Todo es convierte a Flores de Verano es un impresionante testimonio personal, literario y humano. Una lectura que debería ser obligatoria, así como obligatorio debería ser ser señalar quiénes y de dónde fueron los culpables del terror narrado, puesto que se fueron de rositas demonizando a los demás mientras dormían con la conciencia bien tranquila.

Marc Canela

FICHA DEL LIBRO

Título: Flores de verano| Autor: Tamiki Hara | Editorial: Impedimenta | Traducción del japonés de Yoko Ogihara y Fernando Cordobés | Páginas 136 | Precio 16,50€ |